Desde que me convertí en mamá leer sobre cómo educar a sido uno de mis hobbies favoritos y creanme que es una chinga educar. Aprendí que los primeros seis años de una persona, conocido como «primera infancia», son la base para el desarrollo y formación de una persona.

Empecemos con algo fácil: el amor. Un niño debe de crecer en una familia llena de amor, esto lo llevará a tener un equilibrio emocional y a construir parte de su identidad cómo persona. Aprendamos cómo padres a darle afecto a nuestros hijos, a decirles te amo cuantas veces queramos. Desde que nació Mia, mi hija de 4 años, siempre ha sido súper apapachada y eso ha dado cómo resultado una niña con mucha confianza en ella misma y con mucha libertad para socializar con otros niños.

El respeto es un valor que tiene que estar presente en la infancia, si bien se dice que el respeto se gana. Los niños aprenden desde pequeños que si tu cómo padres los respetas, ellos te van a respetar. La crianza respetuosa se basa en respetar el ritmo del desarrollo de tu hijo, a que aprendan por medio de la exploración y diversión, pero nunca por obligación. La paciencia, la comunicación y el amor son clave para una crianza respetuosa. 

Les voy a platicar algo que me sucedió con Mia, yo soy bailarina de danzas polinesias y en cuánto Mia empezó a coordinar me la llevé conmigo a bailar. Cuando cumplió tres años me dijo que ya no quería bailar y yo insistí en que tenía que ir conmigo, obvio para ella ya no era la misma emoción porque iba por obligación. Entonces me di cuenta que no estaba respetando la decisión de mi hija, a su corta edad yo tenía que respetar que eso ya no la hacía feliz así que me senté a platicar con ella y me dijo que quería clases de natación y clases de pintura. Hoy en día va a natación y experimenta diferentes técnicas de pintura en casa en lo que la aceptan en las clases de pintura (5 años). Un niño cuando hace lo que le gusta es mucho más feliz.

Enseñemos a nuestros hijos a amar, a respetar, a tomar sus propias desiciones. Dejemos que exploren el mundo, hagamos que sean felices.